La Superliga Griega es un torneo en el que los goles suelen ser escasos. El último fin de semana se marcaron 10 goles en los 8 partidos de la fecha, en diferencia con la primera fecha del torneo en el que se anotaron 17 tantos.
Las victorias holgadas y los empates con muchos goles son contados con los dedos de una mano. Es una competición muy aguerrida. Los clubes están intentando incorporar jugadores de buen pié, pero necesitan un tiempo de adaptación. Panathinaikos fichó al español Luis García y además tiene al delantero francés Djibril Cissé. El mediocampista Geremi Njitap (ex Real Madrid y Chelsea) está entre las filas del Larissa.
La idea de incorporar jugadores sudamericanos, también es la búsqueda de una nueva idea de juego. Por ejemplo, el último campeón Panathinaikos, además del argentino Sebastián Leto, tiene a los brasileros Gabriel Dos Santos, Clayton Silva y Gilberto Silva.
Los hinchas son muy temperamentales, comparado si se quiere también con la cultura sudamericana. Hace poco menos de un mes, hinchas del Panionios destruyeron su estadio de Atenas (el Nea Smyrni Stadium) para que el AEK, que no contaba con su cancha habilitada, pudiera usarla para recibir al Dundee United escocés por la Uefa Europa League.
Por todo esto el fútbol griego busca dar un giro que le permita, juego mediante, poder convertir aquel juego brusco por un juego más técnico. En la liga 2009-2010, en sólo 11 de las 30 fechas se superaron los 20 goles. Y en lo que respecta a esta temporada, sólo PAOK metió 3 goles en un partido cuando superó al Panserraikos que hizo 2. En ese compromiso se convirtieron la mitad de todos los goles de la siguiente jornada.
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