Cuando me dispuse a ver la programación de
Este domingo, los griegos votaron para elegir a alcaldes y presidentes de regiones. El país vive una fuerte recesión y un alza del desempleo y de la inflación.
Los candidatos eran el oficialista Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) y el opositor Nueva Democracia (ND, centro-derecha). Se registró que más del 45% de la población se abstuvo del voto.
Además, como para que los habitantes no se encuentren desorientados, el primer ministro socialista griego, Georges Papandreou, reiteró que convocaría a elecciones legislativas anticipadas si veía que la gente rechazaba su política de austeridad en los comicios regionales y municipales.
"El 7 de noviembre los ciudadanos tienen la oportunidad de pronunciarse claramente sobre el funcionamiento del país, decir si quieren seguir adelante, en forma estable y con las reformas necesarias, o retroceder", había declarado Papandreou en una entrevista al diario oficialista Ta Nea.
Grecia viene de una crisis que se vio reflejada a principio de este año, pero que se produjo por los gobiernos anteriores, que gastaron plata, solicitó préstamos, y lo gastó en aumento de sueldos de empleados públicos y otros como la organización de los Juegos Olímpicos de 2004.
Cuando llegó el cambio de gobierno, en octubre del año pasado, y empezaron a revisar cuentas y libros, se dieron cuenta que se habían falseado estadísticas, que el déficit no era de 3.7% sino del 13%.
Luego de enterarme de todo esto, me di cuenta del por qué de que no haya fútbol este domingo. Sí los hubo el sábado y sí los habrá este lunes para finalizar la fecha 9 del torneo. Alguien una vez dijo: “El fútbol calma a las fieras”.
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